martes, 11 de diciembre de 2012

Ríete de ella como ella se está riendo de ti.

¿No os a pasado alguna vez que os habéis sentido divididos? Me refiero, sabes que una cosa es mala para ti pero te es imposible no hacerlo. Es un vicio que has cogido a lo largo del tiempo, difícil de quitar. Malas costumbres, que aunque yo digan que se quitan, te tienen atado de pies y manos.
Por ejemplo, sabemos que tomar café a cada segundo de tu día es malo; pone dientes amarillos, puede darnos hasta una taquicardia pero aun así su sabor amargo, ese calor que desprende, el simple hecho de moverlo con una cucharilla, el clin clin clin que hace cuando choca contra el cristal... Son tantas las cosas buenas que les sacamos a los vicios que nos auto concienciamos de que es bueno. ¿No lo veis claro todavía? 
Otro ejemplo: Te gusta un chico. Es tu prototipo de hombre perfecto. Alto, mirada intensa, sonrisa deslumbrante capaz de robarte el aliento, brazos protectores y calor suficiente para quitarte el frío en las noches heladas de invierno. Resumiendo en una palabra, perfecto. Pero el destino es un vil enemigo, un Judas que nos deja ilusionarnos para después hacernos ver que todo ha sido una cruel broma. Sabes que nunca vas a llegar a más de una amistad, una bonita amistad.
Justo en ese momento en el que lo ves todo claro es cuando te divides. Una parte de ti quiere estar con él, te lo pasas tan bien... Todos son risas, abrazos amistosos y palabras bonitas. Conversaciones profundas sobre el futuro con un café vienés entre las manos. Un tiempo aprovechado. 
Pero la otra parte te dice que no puedes seguir así, hostia, te duele el verlo tan cerca y no poder tocarlo. 
"Se mira pero no se toca -dice una pequeña voz en el fondo de tu cabeza mal estructurada y desequilibrada, psicológicamente hablando- te suena, ¿verdad? ¿Tan pequeña eres para que te lo tenga que estar repitiendo una y otra vez?
Pero de repente aparece otra voz, la de tu corazón, que a gritos calla a esa irritante voz, dejándote al amparo del destino y su cruel broma de nuevo. 
Un clic en tu cabeza y ahora eres tú, y no esa vocecita, la que dices que no esta bien. Que vuelve a doler, que tienes que despertar de este inútil sueño incomprensible que estas viviendo. 
Al final reflexionas y caes en la cuenta de que la vida es una puta mierda; pero por lo menos pongamosle unos ojitos y una sonrisa, al estilo Whatsapp, para mirarla de otra manera. Lo peor de todo es que por mucho que tu ya lo sepas y hayas aprendido la lección, en el momento en el que vuelvas a ver esos ojos y esa sonrisa deslumbrante todo lo memorizado se te va a olvidar. Vas a pasar de todas las lecciones. 
Ya que no vas a poder huir de él, únete. Ya que quieres aprender, aprende a base de golpes que es como mejor marcan las cosas. Vuelve a pensar que la vida es una mierda, pero no olvides ponerle los ojitos y la sonrisa; ya que va a ser una mierda, por lo menos ríete de ella cómo ella se está riendo de ti.

jueves, 8 de noviembre de 2012

El deseo de tu piel.

Lléname los ojos de recuerdos, los labios de sabores, la piel de olores y el corazón de sensaciones. Captúrame en tu mente mientras tu retina juega con mi figura. Muéstrame tu lado más íntimo y el más salvaje. Hazme recordar cada uno de los momentos sentidos en mi piel, que nada más que al tocar mis brazos sienta ese ardor. 
No me dejes olvidar ese lunar tuyo que decora tu labio, ese lunar que tanto muerdo y que es de mi propiedad. Recuerda, sólo y exclusivamente mío.
Tocar el cielo, bajar hasta el infierno y jugar sobre la tierra.
Sonríeme como sólo tú sabes. Esa sonrisa que me corta la respiración, que me hace tiritar y me deja rendida a tus pies, dócil y capaz de hacer todo lo que me pidas. Déjame tu olor impregnado en mis poros y cuélame en tu cabeza para que no me olvides nunca. 
Dame besos en el cuello, vuélveme loca, hazme sentir que soy única para ti. Sé celoso, cuídame como si fuera de cristal pero abrázame como si no quisieras que me fuera nunca.
Seamos el uno para el otro y el uno por el otro. Seamos uno. 
Que nos vean por la calle y nos miren con envidia. Que hablen sobre nosotros y digan "Los imbéciles estos que no se cansan nunca" Que lleguemos a comprendernos sin palabras, que tengamos peleas fortísimas y reconciliaciones apasionadas.


Miles de canciones dedicadas. Hablarte y que no me escuches, que sólo me quieras besar. Pasarnos las horas muertas sentados el uno al lado del otro haciéndonos preguntas sin sentido, cosquillas y comiendo chocolate. Prometer viajar por todo el mundo: darnos un largo beso bajo la Torre Eiffel, encadenar un candado en el Puente Milvio, hacernos una foto sosteniendo la Torre Inclinada de Pisa, pasear bajo el sol de la Toscana, ir a un baile de máscaras en Venecia y que después nos recoja una góndola para dar un bonito paseo admirando el cielo de la nocturna Venecia, ir a Nueva York en pleno 31 de diciembre, perdernos por las calles de Praga... 
Pasar una noche de tormenta llena de truenos estremecedores y rayos demasiado luminosos abrazados en la cama mientras que me tranquilizas tocándome el pelo.
Ser una pareja diferente del resto, especial y capaz de levantar las miradas de los que pasen a su alrededor.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Una cosita.



Aquí mi amigo, en el minuto 3:04, dice que no os recomienda ser como él. Bueno, pues no le hagáis caso. ¿Cómo no se puede ser? ¿No se puede ser un buen amigo que esta ahí para todo lo que necesites? ¿No se puede tener un corazón tan grande que no le cabe en el pecho? ¿No se puede ser el mejor amigo/primo que ha pisado la tierra? Pues vaya, si no se puede ser así, mejor quedarse uno en su casa.
Dice que miente más que habla, pues eso si que es una mentira. Dice que habla por los codos, es verdad, pero mejor hablar que parecer un muerto. Mejor que hable, puesto que en el momento en el que yo necesite contarle algo seguro que me responde, seguro que me dice lo mismo de siempre y seguro que termina con un "Pri, es que no aprendes"
Y lleva razón, no aprendo a parecerme a él. 
Por lo demás, es un temón. Cada vez que saca uno nuevo me siento más orgullosa de él. Me encanta las frases que se le ocurre, me encanta como poco a poco ha sabido hacerse un hueco en este mundo, por que el dirá lo que quiera pero es buenísimo en lo suyo como pocos lo son, y para mi siempre será el mejor. 
Nada más que decir, ah sí, una cosa: Preferiblemente, ser como él.

lunes, 29 de octubre de 2012

Son tantas las opciones que tenemos.




Seguro que esta parejas nunca quisieron que ese beso acabara. Puede que para alguno de los dos fuera el último beso apasionado que le diera a su amada, puede que en el fragor de la batalla una bala no correspondida le hiriera de muerte y en el pequeño instante antes de cerrar los ojos para irse de este mundo, recordara el calor de esos labios contra los suyos, la calidez de su aliento en su cuello susurrándole que allí lo esperará pacientemente, el abrazo tierno y apretado que minutos antes de partir le había dedicado el amor de su vida. Puede que la noche antes de irse hacia el peor de los espectáculos que ha tenido que presenciar, le pidiera matrimonio y le regalara un bonito anillo de compromiso, muestra del amor y la confianza entre ellos, y que ella queriéndolo con todo su ser le gritara a la cara un sí tan grande y apasionado que con un salto y un pequeño grito se colocara entre sus brazos besándolo como si no conociera otra acción que esa. 
Puede que después de su partida las dos se quedaran horas llorando una junto a la otra con el corazón en un puño y la esperanza de que el tiempo vuele en el otro. Quizás después de unos días las dos amigas se reunieran para empezar a preparar la boda de la otra, quieren que cuando los dos lleguen todo este preparado y listo para ser felices por toda la eternidad. 
Puede que se enviaran cartas durante meses comentando lo vivido y añorándose los unos a los otros. Puede que llegara el momento de la vuelta, pero que al bajar del avión sólo venga uno, marchito y con los ojos llenos de recuerdo imborrables, y que se acercara a la joven novia diciéndole que guarde el vestido y lo conserve como un bonito recuerdo de alguien que la quiso con todo el alma pero que ya no va a volver. Seguro que la chica, sin poder creer los acontecimientos, se enfadara, gritara y pegara a su amigo culpando a todos de su gran falta para terminar sin fuerzas y sólo con lágrimas, envuelta entre los brazos de la otra pareja. Seguro que después de un tiempo se tuvo que enfrentar a los miles de actos en honor a su prometido, a los apretones de manos de los cargos más altos y a la pérdida de una pieza de su puzzle que ya, quizás, nunca este completo.
Pero también puede que no pase nada de esto. Puede que esta foto sólo sea la llegada de dos militares que prometen a sus familias no volver a irse lejos, no volver a ponerse en peligro. Quizás al ver esta foto, los dos vean el feo recuerdo de un viaje horroroso y traumático que para uno acabó con un apresurado dulce final que unió su palpante amor para siempre y que para otro terminó con un final más apasionado, lleno de fuego y deseo, para más tarde acabar como su compañero y amigo. 
Seguro que en un atardecer de verano mientras los dos matrimonios toman una copa, una de las mujeres saque un álbum de fotos y los cuatro rememoren tiempos pasados y felices que dejaron una estela tras de sí. Y seguro, que esta foto estaría entre las de ese álbum, marcada como el feliz día que los cuatro volvieron a estar juntos para no volver a separarse nunca.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Huelga estudiantil, 16-17-18 de Octubre del 2012

Sale un reportaje de la huelga de estudiantes en la televisión, yo como estudiante que soy me indigno con ellos y comparto el mismo sentimiento que los de aquellos que han salido por la pantalla. Mi abuela me mira entre risas y me dice "¡Qué politiquera nos has salido!" Pero yo me vuelvo y le digo, "No abuela, no he salido politiquera, he salido capaz de ver los derechos que me quieren quitar"
Y es que no puedo evitar indignarme ante noticias como las que nos han llevado a esta huelga, no puedo evitar pillarme un gran rebote cuando sale en las noticias que las matrículas de las universidades están subiendo de una manera incontrolable, ¿a qué vamos a llegar? ¿Vamos a volver a aquella época en la que sólo los ricos podía estudiar? No sé vosotros, pero yo no dispongo de un gran capital sólo y exclusivamente para mis estudios, ¿no se supone que la educación es un derecho? Pues este derecho cada vez se hace menor.
Este recorte en educación va a suponer el despido de más de 50.000 profesores, el aumento de alumnos en las aulas (serían de unos 40 alumnos por aula) , nuevas pruebas dirigidas por el Gobierno (cuatro pruebas a lo largo del año de las cuales si no superas un mínimo de dos no apruebas el curso) , una nueva creación de itinerarios en el que a los 15 años tendríamos que elegir que hacer con nuestra vida. Somos nosotros, alumnos de 2º de Bachillerato que este año tenemos que escoger que pasará en nuestro futuro, y muchos no saben lo que van ha hacer, ¿cómo puedes obligar a un crío con 15 años que elija entre letras o ciencias? ¡Pero si no sabe todavía ni lo que son! No van ha hacer mas que eliminar a gente con este nuevo itinerario.
Pero esto no queda ahí, con la nueva ley que quieren aprobar, España volvería a una escuela de hace 40 años en la que los niños y las niñas estarían separados y que establece unas reválidas para hacer una selección que impida a muchos su acceso a la universidad y los derive a la Formación Profesional. Lo peor de todo es que Europa ya ha llamado la atención a España varias veces por este recorte en educación puesto que este recorte no nos hará otra cosa que ir cuesta bajo, de culo y sin frenos hacia la cola de la OCDE. Desde Europa se nos ha pedido ya varias veces que cojamos otro rumbo muy diferente en la Educación Pública.
Nuestro país vecino, Francia, en vez de recortar en educación lo que esta haciendo es invertir en ella, ¡¿cuándo se dará cuenta nuestro fantástico Gobierno de que recortar en este derecho no está haciendo otra cosa que atrasarnos más todavía?! 
Francia ha contratado a más de 40.000 nuevos profesores, está apostando por una educación cívica y ha puesto la Educación Pública y el conocimiento en el centro de su futuro económico.
¿Creéis que he acabado? Pues estáis muy equivocados. Os informo de que según la Unesco, España, encabeza la cola del fracaso escolar y del desempleo juvenil. Este estudio realizado por la Unesco nos da noticias tan indignantes como esta: uno de cada tres estudiantes entre los 14 y los 24 años dejaron sus estudios sin ni siquiera obtener la ESO, a diferencia de otros países europeos que solamente uno de cada cinco deja los estudios. 
No estoy diciendo que yo pueda dirigir mejor estos recortes pero tampoco digo que el Gobierno lo esté haciendo especialmente bien. No sé si será porque ellos pueden permitirse el mandar a sus hijos fuera de España para que se formen, que no se dan cuenta del daño que están haciendo a la educación de este país, pero también es verdad que si no se han dado ya cuenta es porque o son subnormales (con todos mis respetos) o porque no quieren verlo. 
Me siento impotente al saber que cada vez tengo más trabas para poder realizar mi sueño de estudiar una carrera, ¿qué vamos a tener que hacer para poder estudiar?¿Cómo narices vamos a poder pagar esas tasas tan desorbitadas? 
La verdad es que sí, estoy a favor de la huelga. Tengo la esperanza de que consigamos algo, por poco que sea, pero que lo consigamos con esta movilización. Tengo la esperanza de que de una puñetera vez abran los ojos y se den cuenta de lo que están haciendo, de que nos están empujando a estas movilizaciones (las cuales la mayoría no es que terminen muy bien) y de que en vez de recortar tanto en la educación, que tanto para ellos como para nosotros es un bien preciado (¿no ven que si no nos formamos cuando ellos se jubilen no habrá gente trabajando con una buena formación profesional que le pague sus necesarias pensiones?) que se recorten un poquito ellos en sus grandes sueldos, coches blindados y guardas personales.




domingo, 14 de octubre de 2012

"No te tomes la vida tan enserio, total, no vas a salir vivo de ella"

Plántate ante el mundo y grítales una sonrisa de oreja a oreja. Hazles ver que no te importan sus críticas ni sus miradas de soslayo, eres feliz sin tener que seguir a una sociedad. Muéstrales en tus ojos que eres diferente, que ese brillo que tienes en ellos no es por las lágrimas como la mayoría de la gente, es de felicidad, pasión, amor, libertad, añoranza, infancia inacabada, adolescencia terminada, síndrome de Peter Pan que no te deja madurar para las cosas más simples. Ese síndrome que te hace estar con la cara pegada a la ventana en las tardes frías de invierno esperando que caiga el primer copo de nieve del año, que te hace gritar las noches de tormenta, que te hace oler todas las flores que te encuentras por el camino para recoger su fragancia, que te hace saltar de la forma más tonta a la piscina en pleno mes de Agosto, que te hace sentir besos ardientes y centenares de mariposas en el estómago. Que te hace temblar de pies a cabeza cuando lo ves aparecer con esa sonrisa pícara que tanto te gusta, a la que estas tan acostumbrada pero a la que nunca te vas a poder resistir. 
Esa niña dentro de ti que te hace tocar los timbres de las puertas y salir corriendo, que sólo quiera comer pastel y dulces, que le encanta que su madre le de un beso en la mejilla antes de dormir, que hace que adores las cosquillas y que te toquen el pelo. 
No olvides nunca esa pequeña princesita que llevas dentro a la que le gusta imaginar que su príncipe azul la va a recoger en su noble corcel y que con su espada y valentía la va guardar de todo aquel que quiera hacerle daño. No olvides al hada madrina que la noche más inesperada se te presentará con un vestido de ensueño digno de Cenicienta con sus zapatos de cristal. No olvides los cuentos que marcaron tu infancia, no olvides los días señalados del calendario que alguna vez te hicieron feliz.
Sal a la calle y demuéstrale al mundo que para ser adulto no hay que olvidar la infancia, esa que te hacía saltar en la cama y que despertaba a tus padres todos los fines de semana a las siete y media de la mañana por que querías ver los dibujos.
Demuéstrale al mundo que eres diferentes a ellos, a su seriedad y "madurez" que no les deja enseñar sus sentimientos.
Demuéstrale al mundo que tú a la vida has llegado a pasártelo bien, total, no vas a salir viva de ella.



martes, 2 de octubre de 2012

24.

Dicen que al mal tiempo buena cara, que después de la tormenta siempre llega la calma, pero que al fin y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que segundas partes nunca fueron buenas; que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Que querer es poder y hace más quien quiere que quien puede, pero que quien todo lo quiere todo lo pierde, además que de donde no hay no se puede sacar. Que quien no arriesga no gana, que quien la sigue la consigue. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que a quien madruga Dios le ayuda. Que si te pica te rascas, que todo lo que escuece cura. Que no hay mas ciego que el que no quiere ver, que a palabras necias oídos sordos pero que a buen entendedor pocas palabras bastan. Que la confianza da asco. Y que quien no corre vuela, que ya se sabe que las apariencias engañan y que por supuesto que no es oro todo lo que reluce. Y mira que quieres que te diga si quien avisa no es traidor, que si te he visto no me acuerdo, y que a rey muerto rey puesto. Que más vale solo que mal acompañado.

lunes, 24 de septiembre de 2012

22.

Hay un momento justo antes de dormirte completamente, en el que tu conciencia recupera en un instante los últimos momentos más importantes de tu vida. Dicen que el segundo después del flash, aparece la persona que te hace sonreír; e inconscientemente nos dormimos.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

18.




-Te quiero.
-No, no lo digas, ahora no.
-¿Por qué?¿Es qué no sientes lo mismo?
-Claro que lo siento, ¿cómo puedes dudarlo?
-Entonces no entiendo...
-Es muy fácil, no me lo digas ahora por que no me lo merezco. Dímelo cuando me enfade sin razón, cuando llevemos días sin vernos, cuando el simple hecho de tenerme cerca te saque una sonrisa. Dímelo el día que se me salten las lágrimas, el día que te grite, el día en el que nos peleemos en serio. El día en el que me eches de menos a cada segundo. 
Cuando pase todo eso y llegue ese día, dímelo, por que ese día me lo mereceré. Pero no esperes que te conteste con otro "te quiero" mejor espera que te de un beso, te haga cosquillas y que entre risa y risa te diga "siempre".

jueves, 13 de septiembre de 2012

2.Día 32 del mes de Mayo del año 1950

Alexandra. Simplemente no podía creerlo. Abatido por la noticia instintivamente abrí la puerta y como pude llegué al sofá que necesitaba con tanta urgencia, aquel paquete estaba haciendo que todo me diera vueltas. 
Alexandra. Alexandra. Alexandra. La única cosa que tenía ahora mismo y que repetía una y otra vez, lo malo de todo era que cada vez que repetía su nombre venía con el un recuerdo, a cual de ellos más doloroso, que hacía que el corazón se me quedara en un puño y que incluso su latir me doliera. Alexandra y un dulce aroma familiar, mezcla de algodón de azúcar y vainilla. Alexandra y unos ojos redondos y abiertos iguales que los de aquella niña. Alexandra y aquel colgante en su cuello, aquel colgante que yo le regalé enseñándole que aunque estuviéramos lejos el uno del otro siempre seríamos uno. Alexandra y una triste carta de despedida un 2 de Julio que terminaba diciendo "Recuerda, siempre tuya, siempre mío."
Después de eso no volví a saber nada de ella, realmente tampoco quería. El daño que me había hecho yéndose de esa forma tan fría me impedía ir tras ella, pero nunca logré quitarme el colgante, en el fondo de mi corazón una gran parte de Alexandra vivía allí haciendo que jamás pudiese olvidarla. Y ahora que ya creía haber perdido hasta aquella carta aparece esta niña con su colgante diciéndome que era su madre y la verdad es que no podía negarlo. Los mismo ojos, la misma sonrisa, incluso un olor dulzón muy parecido al de su madre. 


No sé si fueron horas o minutos lo que me tiré allí sentado en mi sofá con aquella niña delante mirando el colgante.



-Sé que usted y mi madre estuvieron muy unidos- por fin rompía alguien el silencio, después de mucho tiempo se estaba volviendo un poco incómodo, pero yo era incapaz de pronunciar palabra. Levemente asentí. Unidos... Más que unidos diría yo. No podría hacerme cargo de aquello, no sería bueno para mi salud.



-Pequeña, siento mucho lo ocurrido y ya sé que Alex..tú madre te dijo que me buscaras pero comprende que no puedo hacerme cargo de esto... 



-No puede no aceptarlo, si es por el dinero no se preocupe, pagaré sus honorarios religiosamente y si es por sus sentimientos hacia ella... Creo que no la odia todavía lo suficiente como para dejarla a la merced de lo que esté viviendo.



¿De verdad una cría me estaba diciendo que no la odiaba? ¿Tanto se me notaba que no había pasado día de mi vida que recordara un segundo a mi Alexandra? Aquella chica era lista como su madre. Cierto es que gracias a ella pude labrarme un nombre como detective, gracias a ella y a su intuición. 

Mi cabeza me decía una cosa pero mi corazón me decía otra cosa muy distinta y en estos asuntos lo normal es pensar con la cabeza pero no pude negarme al corazón. Tenía que hacerme cargo del caso y a ser posible lo más pronto.


-Dame esos papeles pequeña, si tan escondida está tú madre nos llevará tiempo encontrarla y cuanto antes nos pongamos mejor- dije mientras me levantaba de aquel odioso sofá y me dirigía a mi escritorio.



-Lleva usted razón, tome, pero no me llame pequeña, soy Alice.- La misma temprana madurez que su madre.



-De acuerdo Alice, pero no me hables de usted, creo que vamos a estar mucho rato juntos y prefiero que me tutees.



En cuanto la carpeta rozó mi mano yo me enfrasqué en aquellos dichosos papeles que no eran más que hojas de un diario, mapas, cartas dirigidas a un tal Colin e información sobre "El joyero" Sólo leer esas dos palabras supe que aquello era algo gordo, recordé al instante que Alex y yo estábamos buscando para un gran marqués El joyero cuando desapareció. Un extraño objeto de coleccionista que según la leyenda perteneció al mismo Enrique VIII y que no fue, si no otra cosa, que un regalo para su primera esposa Catalina de Aragón. La leyenda explica que El joyero tenía un falso interior que guardaba un mapa de una de las bodegas secretas del rey, en la que había guardado gran parte de su riqueza a lo largo de sus años de reinado. El marqués que nos contrató para buscarlo no sólo quería la pieza por su gran valor económico e histórico sino que creía en la leyenda firmemente y quería encontrar esa bodega.

Un hombre avaricioso que todavía esperaba con paciencia el momento en el que llegaría a sus manos El joyero.


Allí pasamos el día Alice y yo revisando una y otra vez aquellos dichosos papeles, pero no encontramos nada que nos fuera de ayuda para saber donde se encontraba Alexandra y por que había falsificado su muerte. 



-Alice, ya es tarde, vete y descansa, mañana seguiremos con esto.- la verdad era que yo estaba en apariencia mucho más cansado que ella.



-Claro señor Steel - dijo recogiendo sus cosas - hasta mañana.



Y con una sonrisa se fue dejando el despacho repleto de aquel olor dulzón que tanto daño me hacía. Y allí me quedé yo, como unos diez minutos, disfrutando de la fragancia. Volví a coger los papeles y leí detenidamente la carta que Alexandra había mandado a su hija. Perdí la cuenta de las veces que la leí, la carta estaba arrugada y muchas de las palabras tenían la tinta corrida por lo que supuse fueron lágrimas. Pero lo que más me llamo la atención es que había alguna palabras que tenían una leve raya debajo de ellas, tan leve que a simple vista no eran apreciables. Y como si de repente en mi cabeza se oyera un clic me di cuenta de que aquellas palabras subrayadas eran un código. Cogiendo la letra principal de cada palabra y uniéndolas todas en una descubrí que formaban el nombre de una ciudad, Londres. No sabía si ella estaba allí o allí habría otra pista pero tenía claro que había que ir hacia Londres lo más rápido posible.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Día 32 del mes de Mayo del año 1950

Sentado en mi sillón, fumando pipa y apestando el despacho a whisky con hielo esperaba noticias, buenas o malas, sobre el hecho que estaba investigando. Todo parecía del revés, los buenos, malos y los malos, buenos. Los hechos eran muy simples para una situación tan complicada. Lo que estaba claro era que el causante de todo eso no se iba a salir con la suya, así tuviera que dejarme los pocos pelos canosos que me quedaban bajo el sombrero de ala.

Llevaba ya dos noches durmiendo en aquel sofá incómodo y lleno de muelles saltados, que arropaba mi mesa de trabajo y los cuatro archivadores que tenía. Dos noches… Algo me decía, que esas dos noches sólo eran el principio de una larga jornada de noches en vela repasando una y otra vez, aquellos dichosos papeles que no dejaban hueco en mi escritorio ni para mi tan desgastado y viejo vaso de whisky. 

Llevaba demasiado tiempo con el caso pero nunca se me iba a olvidar el día en el que me ofrecieron trabajar en el. Recuerdo perfectamente que era un típico día otoñal, estaba llegando al final de la escalera cuando la vi al final del pasillo frente a la puerta de mi despacho. Una chica de unos dieciséis años pero un poco más alta de lo que le correspondía para su edad, con una larga melena roja y rizada y unos ojos azules brillantes que se veían grandes y redondos desde la otra punta del pasillo. Menuda y aferrada a una carpeta gastada y llena de papeles, daba paseos repetida y nerviosamente frente a mi puerta. La verdad, no era ni hora ni lugar para que una chica así estuviera por allí rondando. 

-Buenos días señor... ¿Peter Steel? -Dijo la chica.

-Buenos días señorita, ¿no es usted muy joven para rondar por aquí a estas tempranas horas?

-La verdad es que llevo aquí toda la noche, creía que usted trabajaba también por la noche o por lo menos eso es lo que pone en este anuncio- empezó a decir con el típico tono que utiliza una madre reivindicando la atención de su hijo.

-Pues sí, eso ponía en ese anuncio, pero si se fija usted, señorita- dije con retintín- ese anuncio es de hace unos años y, sinceramente, cuando publiqué ese anuncio mi joven yo todavía podía aguantar noches en vela y horarios desenfrenados, pero uno ya tiene una edad y una espalda que no puede dormir en cualquier lado, ahora si me permite tengo mucho trabajo que hacer. Toma unos caramelos y vete a jugar por ahí, niñita.

Esa chica me había sacado de mis casillas, en que derecho se encontraba una niña tonta a venir a decirme a mi cuándo debo trabajar. Pero ni aún dándole los caramelos la muchacha se iba, seguía allí, mirándome con esos preciosos ojos que me recordaban demasiado a algo que mi vieja memoria ya no lograba a alcanzar. 

-Perdone señor, le agradezco los caramelos, sé que tiene que trabajar pero de eso mismo vengo yo a hablar, de trabajo. Necesito que me ayuden a encontrar al hombre que mató a mi madre y sólo puede hacerlo usted.

Esto se empezaba a poner interesante, una muchacha joven venía a contratar mis servicios.

-Soy un detective privado, no la policía cariño, si se trata de un asesinato dirígete unas calles más abajo y encontrarás la comisaría de policía- ¿pero que estaba haciendo? ¿Desde cuándo le daba yo trabajo a la policía? Definitivamente la edad me estaba haciendo estragos.

-Ya le he dicho que sólo usted me puede ayudar, esta carta que mi madre me envió me explica que sólo puedo confiarle este caso a usted- sus ojos se estaban empezando a poner demasiado brillantes y su delicada voz empezaba a temblar, claros síntomas de que la chica lo estaba pasando mal y que estaba a punto de echarse a llorar- por favor, ayúdeme.

-Pero, ¿no me acabas de decir que tú madre estaba muerta?

-Eso creía yo hasta que me llegó esta carta acompañada de esto, algo que mi madre quería que le diera para demostrarle que necesitaba su ayuda. Bueno, que necesitamos su ayuda, mi madre y yo.

Diciendo eso, la frágil chica levantó su mano y me entregó un paquete. Cuando lo abrí, nunca pensé que me podría encontrar eso. Nunca pensé que volvería a ver aquel colgante de oro gemelo al que yo llevaba puesto. Nunca pensé que alguna vez volvería a saber de Alexandra, que por lo que parecía era la madre muerta o no muerta de aquella chiquilla.




Somebody that I used to know



Lo sé, este chico es simplemente perfecto. Creo que me acabo de enamorar.

lunes, 27 de agosto de 2012

16.

             -No creo en el amor a primera vista. Ése sólo ocurre en las películas.

             +Pues no vivamos en la vida real, hagamos tú y yo nuestra propia película.

lunes, 20 de agosto de 2012

Sin título.

Es increíble la capacidad que tenemos los seres humanos para tergiversar las cosas, es increíble como somos capaces de darle tan cantidad de vueltas a las palabras que al final pierden el significado inicial y acaban con otro completamente distinto al que queríamos en un principio. Las cosas hay que decirlas claras, sin rodeos y directos al grano.

viernes, 13 de julio de 2012

Un billete de avión, destino París.

Quiero volver a sentir tus dedos caminando por mi espalda, tu aliento susurrándome al oído, mis manos enredadas en tu cabello, tus labios bajando por mi cuello y el sabor de tu piel al morderte la mejilla. Me gustaría volver a ver tus ojos brillantes llamándome mientras me proponen nuevos juegos realmente tentadores. 


Terminar de saborear esa botella de champán que dejamos a medias y retomar aquella partida de cartas en la que tan poco nos jugábamos. Abrazarnos hasta quedarnos dormidos después de habernos sentidos fogosa y apasionadamente el uno al otro, despertar con un pequeño mordisco en la oreja que haga que se me erize el vello de la nuca, haciéndome recordar minuciosamente todos los detalles de la noche anterior. Entre risas y bromas llamarte fiera del anochecer, enfadarte tontamente y que me regañes con un ataque de cosquillas que acaban en un beso largo colgada de tu cuello. 


Montar nuestro propio campo de batalla en la cama y obligarte a quedarte para siempre en el. Y tú responderme con un siempre, susurrando al terminar un te quiero que me haga bajar las últimas defensas que me quedaban vivas. Pasear de nuevo bajo la Torre Effiel y mudarnos a un pequeño estudio en París, como prometiste. Quiero todo eso, pero lo único que me queda es la frase de tú despedida "siempre nos quedará París" tú sonrisa burlona que me gusta tanto y un billete de avión, destino París, que en pocos meses hará que nos cobremos otra campaña naval entre las sábanas de tu cama.

miércoles, 27 de junio de 2012

Biografía a grandes rasgos.


Soy irremediablemente tonta, suelo tropezar más de dos veces con la misma piedra, soy tremendamente cariñosa pero sólo con quien yo quiero y sí, soy demasiada enamoradiza pero nada más que cuando me dan motivos para serlo. Puedo arrepentirme de mil cosas que he hecho o de mil oportunidades que he dejado pasar.


Estoy cansada de los tíos de película, de los besos bajo la lluvia, de los príncipes azules y de los finales felices. He llegado a un punto en el que se me repiten las frases que se han hecho típicas como “tú y yo, a tres metros sobre el cielo”, pero me encanta que me despierte con un “Buenos días princesa” al más puro estilo de la Vida es bella.

Soy capaz de guardar un simple envoltorio de chicle y pincharlo en mi tablón solamente por que me recuerde un momento tonto que para mi será inolvidable. Reconozco que muchas de las cosas en las que estoy metida no las dejo por el simple hecho de que después voy a echar muchísimo de menos a esa gente. Me suelo agobiar con la cosa más tonta que me pase y enfadar por una niñería. Puedo aparentar que soy fuerte, pero sólo es eso, apariencia.

Odio que en mitad de una conversación se me estropee el whatsapp, que cuando estoy hablando me paren y empiecen a contar sus problemas, ¿podrías dejar que termine yo de contar los míos? Gracias. Me encanta que me susurren al oído y que me cojan por la cintura dulcemente. No soporto las despedidas y aunque soy muy sensible raro es que llore con una película. No me gusta el cine de terror, de hecho, soy tremendamente infantil para esas cosas.
Admito que cuando me aburro demasiado me pongo películas Disney y canciones de estas películas, al final siempre acaban sacándome una sonrisa. Es cierto que soy una adicta al móvil y que mi BlackBerry se ha convertido en una prolongación de mis manos. Me considero una auténtica butaquera de pies a cabeza.

Y podría seguir dando detalles sobre mí pero lo cierto es que estoy demasiado cansada. Podría dar más pero estos ya me hacen única.

miércoles, 13 de junio de 2012

Historias cliché

"Si hablas de amar a un gran hombre a lo peor te equivocas, luego el dolor se te refleja, la historia es vieja te vuelves loca"



Siempre la misma historia, siempre se repite como en un ciclo sin fin. Pero, ¿y si esa historia te pilla de improvisto? No sabes con certeza lo que sientes, sabes que es algo pero está confuso. Tu mundo se vuelve del revés y de repente todo esta patas arriba. Hace unos días ni os hablabais y en menos de un segundo se para en los pasillos para hablar contigo. ¿Qué ha pasado?

No quieres, no puedes permitirte el lujo de volverte loca, perderías demasiado por alguien que sabes que realmente no merece la pena. Pero tampoco puedes pararlo, el corazón va solo, está viviendo tu vida y tú te estas dejando manejar. Como dice la canción de Megara, "te ha pillado fuerte" y tú no quieres reconocerlo. No hay solución, sólo esperar, dar tiempo al tiempo y ver un poco desde fuera como se solucionan las cosas. No hay un fin para esta historia sólo un interrogante grande y pesado que te persigue allá a donde vayas, unos puntos suspensivos que añaden situaciones incómodas y sonrisas tontas a esta historia cliché.

martes, 12 de junio de 2012

La vida es bella.



"Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto"


No hay mejor manera de despertarse que de esta manera, sentir que eres el mundo para una persona y que esa persona es tu mundo. Que en los buenos y en los malos momento os tenéis el uno al otro, que pasen los días y te siga llamando "princesa", que cada día os enamoréis como en el primero, que ese amor a primera vista siga floreciendo en los corazones. 
Y es que esta película nos enseña lo que verdaderamente importa; sin una familia, sin un amor no podemos seguir hacía delante, pues nos faltaría ese pedacito para sentirnos completos. La vida es un juego que hay que afrontar con la más amplia sonrisa de la que dispongamos, hacer frente a todo lo que nos venga y siempre juntos. Vivir por el otro y con el otro. Sentir la unidad de una pluralidad, ser homogéneos. En definitiva, "evolucionar" y convertirse en un solo ser. 

jueves, 19 de abril de 2012

CAPÍTULO 3: TODO AL DESCUBIERTO


Rizos a un lado para cubrir el parche en mi cabeza, pañuelo al cuello para tapar el moratón que tenía, vestido fresquito, unos bonitos zapatos de tacón y lista. Pero todo se echó a perder cuando me levanté de la silla. El mareo que sufrí  hizo que todo a mí alrededor empezara a moverse como en una especia de danza humorística que provocó mi caída al suelo desde una altura de diez centímetros. Cuando salí del hospital, la idea de haberme dado de alta voluntariamente era fantástica pero ahora empezaba a ser la peor de mis inútiles ideas. Desde que había llegado a mi piso no podía ponerme en pie, cada vez que lo hacía el mareo era cada vez más fuerte. Al final tendría que volver a ir al médico cosa que no me gustaba nada. Pero aunque me mareara y me cayera al suelo las cosas no podían quedarse así, Claudia con un hombre  misterioso y en mi cabeza unos ojos que no podía olvidar ni siquiera en sueños. Unas horas inconscientes hacen que te pierdas muchos detalles de tu propia vida.
Tuve que quitarme los tacones y tumbarme en la cama para que poco a poco el mareo desapareciera pero justo cuando me estaba sentando en la cama tocaron al timbre. Al final iba a llegar tarde a la cita y las chicas se preocuparían y no podía permitirme eso. Y de repente otra vez el timbre.

-¡Ya voy! Estoy convaleciente pero nada me impedirá pegarle un puñetazo en la nariz si no deja de tocar el timbre-y diciendo eso abrí la puerta. Cuando vi lo que había detrás de la puerta tuve que comerme todas y cada una de mis palabras.
-Pues si nos tienes que pegar un puñetazo a todas al final te vas a acabar haciendo daño en la mano- dijo Ainara con una gran sonrisa en la boca y con los brazos abiertos. El abrazo que me dio me vino muy bien. Hacía tiempo que Ainara no me daba un abrazo y debo de reconocer que lo necesitaba.
-¿Qué hacéis aquí? ¿No se suponía que íbamos a comer donde siempre?
- Se suponía, pero no nos parecía bien que un día después de salir del hospital tú tuvieras que ir a un restaurante solo por quedar y hablar…-dijo María.
- … Así que decidimos traer el restaurante a tu casa- terminó Miriam levantando los brazos enseñándome las bolsas de comida del restaurante.
-Ahora, ¿nos dejas pasar y nos perdonas por haber llamado tanto a tu timbre?- dijo Claudia con un tono un tanto infantil que hacía que todo lo que hiciera se le perdonara.

Y poniéndome en un lado de la puerta dejé que entraran todas y en pocos segundos se hicieron con mi piso como si fuera suyo. No me había dado tiempo de moverme de la puerta cuando en la mesa del comedor habían aparecido unos platos con una comida deliciosa. Estaba dando un paso hacia delante cuando un gran mareo hizo que volviera a caerme al suelo como si fuera una niña tonta. Todas dejaron lo que estaban haciendo y corrieron para levantarme del suelo y llevarme hasta la cama.

-El médico te dijo que no podías levantarte de la cama en unos días- me regañó Miriam mientras me quitaba el pañuelo del cuello.
-¿Qué médico? Ah, sí ya lo recuerdo. El mismo médico al que te comías con los ojos. ¡Ah! Pero qué haces- Miriam se había enfadado conmigo y me había apretado justo en el morado que tenía en el cuello.
-Eso te pasa por decir cosas sin sentido, cuando me viste hablar con él solamente le estaba preguntando si tenías que tomar alguna medicina en especial.
-Claro…como iba yo a pensar otra cosa, tú te estabas preocupando por mí como una gran amiga que eres.
-Pues si- dijo por último cruzándose de brazos y sentándose a mi lado en la cama. 

Mientras nosotras estábamos hablando sentadas en mi cama, las demás estaban preparando la comida que tanto esperábamos. Como estábamos solas aproveché para preguntarle a Miriam sobre el hombre misterioso de Claudia. La respuesta que me iba a dar yo ya sabía cual era. Ella tampoco sabía nada de ese extraño que estaba en casa de Claudia, me dijo que tanto ella como Ainara habían dejado la fiesta conmigo cuando me llevaron al hospital. Nadie sabía nada de ese hombre y eso en Claudia era muy raro. Ella siempre nos contaba sus amoríos.

Tanto ajetreo en mi casa me parecía muy raro. Si comíamos en casa siempre lo hacíamos en casa de Miriam o en casa de María, casi nunca por no decir nunca comíamos en mi piso. Un olor rico llegó hasta mi nariz, la comida estaba lista. Despacio me levanté de la cama, me puse las zapatillas de estar en casa y poco a poco llegué hasta el salón, me senté en la mesa y empezamos a comer. Era la única que faltaba en la mesa, como siempre llegaba tarde, lo peor era que ya llegaba tarde hasta en mi propia casa. Ahora debía de empezar la conversación que le sacaría a Claudia toda la información del hombre misterioso. Carraspeo un poco para darle misterio y…

-¿Claudia, cómo terminó la fiesta? ¿Te rompieron muchas cosas los últimos borrachos?
-No… un par de jarrones, una docena de copas y poco más.
-Mmm… ¿y después de la fiesta se quedó alguien en casa?- dije como si no supiera nada, pero ya nos conocíamos de muchos años y todas me miraron menos Claudia, que agachó la cabeza escondiendo una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.
-¡QUÉ! – dijeron todas a la vez. Y una vez más era yo la que dejaba el pastel al descubierto.

Pobre Claudia, no sabía donde meterse. Todas las chicas haciéndole preguntas que ella o no podía o no quería contestar. Pero al final termina contándonos su historia. Llevaba con ese hombre más de un mes y nosotras no sabíamos nada del asunto. ¿Qué como empezó todo? Típica historia de Claudia. Súper modelo conoce a súper modelo, lío de una noche y se acaba, ah no, que con este lleva ya un mes, que es lo extraño. Un mes y sin contárnoslo, se me ocurren dos opciones:

a.    Es muy feo y solo lo quiere por fama y dinero, por eso no nos lo presenta.
b.    Es un ex de alguna de nosotras. Pero en ese caso yo le habría conocido la voz.

Ninguna de las dos opciones me cuadra.

-Claudia… ¿Quién es? Y lo más importante, ¿porqué nos has escondido esto?- No podía aguantar más y tuve que preguntárselo.

Silencio incómodo, todas mirando nuevamente a Claudia y ella sin decir nada. La cosa iba cada vez a peor. Mi cabeza iba a echar humo de tanto pensar quien podría ser y supongo que las de las demás también. Me estaba poniendo histérica y la muchacha no soltaba prenda.

-¡CLAUDIA, QUE DIGAS QUIEN ES YA!- Al final el humo tenía que salir por algún lado y terminé reventando. Por el giro rápido de las miradas de las chicas hacia mi, sabía que no debía de haber gritado, pero mi gritó funcionó y Claudia empezó a hablar.
-Vale, vale, es… Antón- diciendo esto, se tapa la cara y diciendo que no baja la cabeza.
-¡Qué!- otro grito más a coro en mi piso, como sigamos gritando mi buen vecino, nótese la ironía, vendría a saludarnos.

Yo no conocía al tan Antón, pero si me había hablado sobre él y no precisamente cosas buenas. Era un ex de Claudia (esa opción no se me había ocurrido, pero era le peor que podía haber escogido) que había estado con ella mucho antes de que yo llegara al grupo. En un principio, Antón, parecía un príncipe sacado directamente de cualquier cuento de fantasía pero poco a poco convirtió la relación con Claudia en una cárcel. Le hizo pasar una mala época y ella juró que nunca volvería a estar con alguien así pero, ¿qué había hecho ese tal Antón para que Claudia rompiera su promesa?

Vanessa 

lunes, 26 de marzo de 2012

La piel revolviéndose con el deseo.


Y como música para mis oídos tu voz me llama. Sin dudarlo ni un momento yo, necia, borracha de amor voy hacia ti. Perdiendo el control, cada vez te siento más cerca. No pensamos en el después, en el fin de esto, solo nos dejamos llevar. Nuestros cuerpos nos lo están pidiendo, nos lo están gritando.

Y como dos locos perdemos la poca cordura que nos quedaba, y la razón, que despacio se había hecho pequeña se encierra en una esquina lejana y profunda de nuestra mente. El fuego se adueña de nuestras terminaciones y volamos. Llegamos a tocar el cielo, a ver las estrellas. A sentirnos el uno al otro. Creemos o queremos creer que la noche es eterna.

No sabemos como, no sabemos cuando nuestros labios han vuelto a unirse, a sentirse y recorren el cuerpo el uno del otro. Volvemos a sentir ese fuego que domina, ese fuego que no te deja pensar, que solo te deja sentir y dejarte llevar. Los suspiros vienen y van, suspiros llenos de amor, de ternura pero sobre todo pasión. Nuestros corazones laten al mismo tiempo y hacen la más bella melodía que hayamos escuchado nunca.

La noche pasa, no es eterna y poco a poco nos damos cuenta. Pero no nos importa, lo que hemos sentido es mucho más grande que una simple noche, mucho más grande de lo que podríamos haber imaginado.

En un ataque de nerviosismo me echo a reír, no puedo parar. Nunca pensé que esto pudiera llegar a suceder pero ahora sé que se va a volver a repetir. Los dos sabemos que necesitamos el uno del otro, bebernos la piel y comernos la pasión, sin cansarnos nunca. Siempre juntos en una noche íntima que empieza con un tímido beso y acaba con un fuego abrasador.

Vanessa

lunes, 27 de febrero de 2012

Que el amor es un misterio y que importa solo a dos.


Él nervioso, golpea la mesa con los dedos, como si estuviera tocando un piano imaginario, como si la inspiración le hubiera venido y estuviera componiendo una bella melodía. Él nervioso, no deja de jugar con las cosas de la mesa, no deja de mover la silla haciendo ruido y dirigiendo todas las miradas de la cafetería sobre su persona. Él nervioso, no sabe que hacer para matar el tiempo, no sabe que hacer para que esta agonía termine. Quiere que llegue ya, necesita hablar con ella y sacarse de adentro eso que lo esta matando. Eso que hace que las noches las pase admirando las estrellas. Eso que hace que las noches las pase imaginando estar junto a ella.

Su cabeza le dice que no, pero su corazón le obliga a hablar. Sabe que se está tirando desde un helicóptero sin paracaídas, pero sueña con que ella sea su paracaídas y que lo salve de tan estrepitosa caída.

Ella nerviosa, corre hacia la cafetería, sabe que llega tarde y eso le hace perder más todavía el poco aliento que le quedaba. Ella nerviosa, tiembla de pies a cabeza y su corazón va un ritmo tan acelerado que cree que se le va a salir del pecho cual película de terror. Ella nerviosa, no para de buscar su reflejo entre los cristales para estar perfecta, o por lo menos intentar rozar la perfección. El camino se le hace eterno, quiere llegar ya, pero por mucho que corra la calle no se acorta. Necesita hablar con él, destapar todo lo que tiene en su corazón que está a punto de explotar.

La sensatez le dice que no, pero la locura le ruega que lo haga. Quiere por una vez en la vida, sacar todo lo que siente y mostrarle su verdadero yo al que para ella, es un trocito de su corazón.

Y como sacada de una preciosa novela de amor sus miradas se cruzan en el momento más oportuno. No hace falta hablar, no hace falta mostrar lo que sienten, sus ojos se lo han dicho todo. Como en un cuento de hadas, el viento los rodea y los une. Y como si fueran dos piezas de un puzle por terminar, encajan a la perfección. Esa perfección que ella antes buscaba y que ahora la ha encontrado.

Queda el punto final, el resumen de esta historia que los dos saben como va a acabar. Los dos van a cumplir su sueño y van ha empezar una nueva historia con un beso. Beso largo y apasionado que los deseaban desde su fuego interno. Desde a fuera parecen dos locos enamorados, pero es que realmente los dos están locos y enamorados.

jueves, 19 de enero de 2012

El retrato de un hombre.


Sin saber a dónde ir, ni qué hacer bajo la calle cabizbajo. Sin preocuparme de que la lluvia me moje miro hacia el cielo, dejando que las pequeñas gotas que cada vez se precipitan más y más me resbalen por la cara. Y yo junto a ellas también me precipito. Me dejo llevar por la soledad, lejos de la gente, hacia un lugar tranquilo, vacío, sin murmullos. Un lugar en el que mi cabeza pueda descansar junto a mi corazón, y allí puedan conversar sin miedo a que alguien escuche sus secretos más íntimos.
Allí, escondido entre los antiguos muros de la Alhambra, mi historia se mezcla con la historia. Mi vida se mezcla con las vidas pasadas de aquellos que poblaron tan bello palacio. Y como en un déjà vu, mis ojos azules ven el paisaje que tiempo atrás otros disfrutaron. Y me pregunto, ¿cómo la gente no se detiene a ver lo que le rodea? ¿Cómo es que no miran más allá de sus propias narices? Y mientras mi cigarro se consume y su humo me envuelve pienso sobre esto y paseo entre la gente sin llegar a rozarles, sin dejar que me rocen.
Y vuelvo a divagar, a moverme sin pensar y mis sentimientos me llevan a un lugar en el que nadie habla, todos callan y lo único que se escucha son sollozos de gente que se despide con un “hasta pronto, espérame allí a donde vayas”. Bonito y macabro lugar en el que puedo mostrar mi verdadero yo sin que nadie me tache de loco. Otro lugar, otras preguntas, otro cigarro más.
Poco a poco voy descubriendo lugares que antes desconocía. Lugares que me cuentan su historia mediante los susurros del viento. Miro la hora y para mi sorpresa llevo horas caminando hacia ningún sitio concreto, mi ropa esta completamente empapada y las pequeñas gotas que antes mojaban mi cara han terminado por mojarme toda la cabeza, calándome y haciéndome sentir un frío para mi inexistente hasta el momento en el que el viento ha insistido en contarme sus secretos. Decido que es hora de volver a casa, pero espero un segundo. Prefiero disfrutar de mi último instante de paz antes de volver al ruido. Con tranquilidad y saboreando cada calada, me fumo mi último cigarro, mi última historia que completa el día de hoy.

viernes, 13 de enero de 2012

Ajá, lo suponía.


¿Sabes? Creo que corro grave peligro, y es que cada vez me gustas más. Si, vale, ya lo sé. No te gusto… bla bla bla… ¿Perdona? Repite por favor, es que desconecté desde el momento en el que me deshacías todos mis sueños. Que si, que ya lo sé, no seas pesado, pero por lo menos déjame ser feliz en mi mundo de color rosa, donde tú y yo estamos juntos. Una simple pregunta, ¿te estoy haciendo algún daño si te admiro desde afuera? Ah, vale, ese "no" me aclara todo lo que yo ya sabía. Que sé que lo haces por mi bien, pero te voy a decir un secreto, soy así. Puede parecer una tontería pero aunque me hayas dicho todo esto tengo todavía alguna esperanza.

¿Sabes? Me da igual lo que me digas, dicen que el roce hace el cariño y me gustaría comprobar científicamente que se cumple ese refrán, ¿quieres formar parte de mi pequeño experimento? Espera, que ha sido esto, ¿por casualidad no era el roce de tus labios con los míos? Ajá, eso era, ahora me estoy preguntando que donde están esas palabras de antes, sí, esas que no he escuchado. Creo que se han perdido en el experimento. Ves, si es que me tienes que hacer caso más a menudo. Has empezado diciendo que no y ahora nos vemos enredados en un abrazo difícil de terminar. Parece que te he hechizado, pero no. Tú solito has venido a mi, y es que si no te hubiera dicho nada de esto, quizás, tus palabras se hubieran hecho realidad y ahora no estaríamos en mi mundo de color rosa.

Vanessa